Bajo el puente
Bajo el puente
De pie, con los ojos cerrados
escucho el retumbar.
Me dejo llevar
por el sonido acompasado.
Lo que antes no era más que un páramo
ahora es un mágico lugar
atestado, a rebosar,
de amigos; hermanos.
Saltando, gritando, riendo danzamos.
Parece un ritual.
La tierra torna color ámbar
por el licor y el sudor derramados.
Aparece entonces el sol que, bien hallado,
nos brinda un manjar:
rayos sabor azúcar.
Vuelvo a sentirme gallardo.
Mas con un gesto desfigurado
no hay que pararse a pensar.
Los pesares han de llegar
una vez te has acostado.
Estando en pandemia me dieron muchas ganas de volver a vivir una fiesta. En mi cabeza me repetía una y otra vez "volverán las oscuras golondrinas".
Miguel Paneque Folch